2 de marzo de 2010

GRACIAS POR TU TIEMPO LIBRE, JORGE.


Esta fue la conclusión del día de ayer. Me voy a explicar un poco mejor. Ayer nos juntamos veintitantas personas en Puente la Reina, dispuestas a pasar un buen día en la montaña, un día de mucha nieve, mucho sol, mucha gente, muchos picos, y alguna nube también para darnos un respiro, que tanta luz de repente, parece que uno ya no se acordaba de qué era eso de la primavera (ya casi está aquí!)...
De dónde aparece tanta gente, y quién ha podido en esta vida de vorágine a contrarreloj, estudiar a conciencia los mapas, pensar en una posible ruta, idearla, trazarla, dibujarla en un planito, convocar a la gente, organizar coches, horarios, alternativas y punto de encuentro. Pues ese ha sido Jorge, con su tiempo libre lleno de ilusión y de mapas del tiempo, además de topográficos.
Y una piensa: pues menos mal, que hay alguien así...y cómo me lo podría montar si no...pienso en 24 horas de un día. Menos 9 que paso trabajando: 15, menos 1,75 horas de trayectos al trabajo: 13,25. Menos 2 horas entre cocinar, desayunar, comer y cenar: 11,25. Supongo que dedico, en el mejor de los casos, 7 horas a dormir: 4.25, menos una hora y media de deporte – ducha matinal: 2,75. Menos 0,75 horas que puedo dedicar al repostaje, a trabajar más, a chuparme un atasco, a hacer la compra,...: 2 horas. Dos horas que se me van en la clase de francés si es lunes o miércoles, en el spinning de por la noche si es martes o jueves, y en poner lavadoras, limpiar y ordenar cosas si es viernes...esto...y en mis ratos libres hago vida social...lo que decía, que gracias al tiempo prestado de los demás, hemos podido muchos disfrutar, disfrutar de un tiempo limpio de quehaceres, de enseñar tanto los dientes que menos mal que llevamos aparatos de jovencitas, de pensar tan poco en ese cronómetro semanal, que parece que no vaya a terminar el día, de estar tan a gusto con todos que te parece haber pasado media vida con ellos.
Y subimos un pico, dos y hasta tres! Me miro los pies, hoy no pesan, me deslizo, no sé ni si llevo puesto el reloj...y pienso en una historia de los chacras que me contaba mi amiga Carol el sábado, en la espiritualidad, en la paz interior....tengo tentaciones de cerrar los ojos de nuevo, pero ya he tenido experiencias con eso...y para qué cerrarlos con la de cosas que hay para mirar. Éramos muchos, pero estábamos solos, con los sarrios muy cerca, con Miguel Ángel de punta de lanza inventando un camino (cómo haces para dejar una autopista en cuanto pasas?) hacia el collado, y encontrando “el sitio” del día, el impacto de un enclave que te quitaba la respiración aun habiendo llegado fresco al collado por la suavidad de la huella...
Voy mirando, poco a poco a cada unos de nosotros (y me lleva un buen rato porque somos un montón...). No sé qué vida lleváis, cada uno de vosotros, entre semana, pero este domingo hemos tenido todos un día entero de lo que más nos gusta...y quién se acuerda ya del tiempo que le faltó el jueves pasado?

3 comentarios:

  1. A pesar de la aceleración de los "daily days",me gusta tu relato, creo que disfrutas. Pero, como madre, echo de menos tu etapa universitaria. Mor

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  2. Mare, qué te voy a contar del contrarreloj, de ti he aprendido a hacer malabares con el tiempo, y no dejar que caiga ni una sola bola...

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  3. Chica que halagos, hasta hoy no lo había leído, pero que puedo decirte, en la montaña todos aportamos algo, hasta el gesto mas simple que puede ser una mirada o una sonrisa, es valiosa, y yo cuando trazo pienso en los que llevo detrás de mi, vamos a disfrutar y cuanto mas suave resulte el camino, por largo que sea, mas disfrutamos de lo que nos rodea.
    Así lo veo yo.
    Y como ya le comenté a Jorge, vuelvo a divertirme en la montaña, vuelven recuerdos de hace años que se habían quedado perdidos, y bueno eso supongo que se trasmite.
    Gracias de nuevo.
    Miqui

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