29 de marzo de 2012

100 AÑOS SCOTT

"Asumimos riesgos, sabemos que fue así; las cosas no estuvieron a nuestro favor, y por tanto, no tenemos motivo de queja, pero, en manos de la Providencia, estamos determinados a dar lo mejor hasta el final".

Se celebra hoy el centenario de la muerte de Scott.

28 de marzo de 2012

LEÇON 1: BONJOUR!!!

Fin de semana! Ah, no, lunes y martes, aunque para mi sean sábado y domingo, a efectos prácticos. Aún no me acostumbro a no tener un trabajo “normal”, de lunes a viernes…El caso es, que con el buen tiempo que hace y habiendo nevado hace unos días…Benasque nos espera!!

Salimos el domingo con el coche cargado de muchas cosas, pero sobre todo de muuuchas ganas de monte, de ilusión y de emoción por lo que nos espera. Esa noche dormimos en tienda de campaña (hay que ahorrar para otros viajes…), que no haciendo frío y a falta de furgo, es donde mejor se está, bajo un cielo cargadito de estrellas (aunque dentro de la tienda no se ven, claro). El saco de plumas produce un efecto somnífero casi inmediato, esa calidezzzzzzzzzzzzzzzzzz

Siete de la mañana del sábado (ah, no, del lunes), nos vamos al Alba, al pico, digo. Nos juntamos en los Llanos del Hospital con nuestros amigos Thierry y Francis: Bonjour! Y empieza el curso de francés. El día va calentando, y nosotros con él. En las escasas paradas nos contamos un poquito de nuestras vidas, y seguimos a lo nuestro. Llega el momento de los crampones, y nos vamos para arriba, sin saber aún si lograremos hacer cumbre, a ver la arista en qué condiciones se encuentra…Desde la antecima podemos saborear casi lo que aún no hemos conseguido, la cima se ve muy asequible esta vez. Yo me pego a la pequeña bestia, Thierry, al que intuyo hábil en este terreno mixto y afilado. Y mi intuición no falla. Tiene un ojo para él y otro para mí. Y voilà! La cima, agradecimientos, sonrisas metálicas, y chorizo. Qué buen día hace…pero bueno, pero otra vez? Ahí está Latre, que “se ha quedao sobao” esta mañana, y ha salido de Jaca a las 9 de la mañana. Y ahí está sonriente como si nada…Esto no es humano. Pero, pero…hago cuentas y no doy crédito.

Antes de bajar a la Renclusa, vemos en el pico Paderna un verdadero batallón del ejército ¿y JuanPa?, hay un montón de figuritas verdes bajando hacia la Renclusa también, y nosotros pensando que entre semana no habría nadie en el refugio…La bajada, para qué contaros…unos marcando estilo, y otras haciendo movimientos grotescos, lo vamos a dejar ahí.

Pasamos la tarde al sol, dejando que pase el rato entre cervezas y paisaje y charla, qué gusto, qué bien se está…sólo nos queda que lleguen Champi y Alfredo, para juntarnos los 6 en la cena. Aquí llegan prensa en mano, y enseguida nos ponemos a dar cuenta de una cena pantagruélica, buf! Por la noche, los tapones y la digestión alejan los ronquidos hasta el infinito o más allá, y consigo dormir como un tronco.

Mañana de domingo con el refugio hasta arriba (aunque sea martes), desayunamos (sin hambre) y nos preparamos. Enrique y Marie Claude llegan puntuales, tras una pequeña palicilla que llevan ya en las piernas, así de buena mañana. Nos acomodamos a las circunstancias del día, y nos sale un plan redondo, triunfal, diría yo. Hoy no tengo yo el mal día, pero ha sido una suerte, y lo siento, que alguien lo tuviera, ya que nos guió hacia la mejor ruta posible. La huella impecable de Alfredo surca la nieve polvo, hasta el punto donde dejamos esquís. De allí al pico del Medio hay una entretenida trepada. La cima sabe a gloria! Qué gozada, y qué cola hay en el Aneto, pero si parece la carnicería antes de un puente! Y nosotros allí estamos, solos, disfrutando los unos de los otros. Fotos de rigor, uno que se esconde, otro que pone cara rara...Solicito los servicios de un guía para la bajada, que luego resultó más fácil de lo que pensaba (o que el guía era muy bueno), y nos dirigimos ahora al pico Coronas, un paseo…Ahí Thierry saca su pócima secreta, un caldo alcohólico que resucita a un muerto! Sólo él sabe lo que hay ahí dentro…

Y con este buen sabor de boca (no el del alcohol, sino el de los picos), bajamos por la mejor nieve que he esquiado este año: nieve polvo, suelta, ligera, facilona…una gozada bajar por el glaciar del Aneto con esta nieve tan dulzona. Poco a poco, la pérdida de altura, hace que la nieve vaya empeorando, hasta lo normal: la pasta primavera, o la costra, que es a lo que estamos acostumbrados.

Todo, todo, hasta el coche me parece una suerte. Un regalo.

À la prochaine!



 

5 de marzo de 2012

UN MAL DÍA

Un mal día puede tenerlo cualquiera, eso pienso hoy, mientras llueve sin ganas.

Ayer era un día de travesía normal, incluso bueno diría yo. Una ruta ingeniosa, saliendo de Panticosa y llegando a Sallent, un día aceptable tirando a bueno, muchos amigos y poca nieve.
Un largo porteo que se lleva bastante bien, me aleja de unos amigos por delante, y de otros por detrás. A los de delante les veo, pero no les oigo; a los de detrás, ni lo uno ni lo otro. Y uno pudiere pensar ¿Y por qué no te paras y esperas? Pues porque todos tenemos el demonio del esfuerzo (y el egoísmo) en la orejilla, que nos dice "venga, dale duro que pillas a los de delante". Pero no es así, porque no estás tan fuerte como ellos, y entonces empiezas una lucha absurda, hasta que toca poner esquís y nos agrupamos.
La nieve dura siempre me ha superado, subiendo y bajando. Me hace diminuta y torpe; y a mi, ese papel me va, me envuelve y me lo creo tanto que me convierto en mi personaje. Enseguida pongo cuchillas y casco, pero sigo torpe, y de paso muy lenta. Y todavía disminuyo más. El diablillo que habita en mi oreja se me ríe, me señala al resto del grupo allí arriba, sin poner cuchillas, y se mofa de mis sudores fríos por un poco de nieve dura, ni siquiera hielo. Y yo le hago caso y me desconcentro más aún, hasta el punto de desear volverme. Pero no vuelvo.

Hasta el collado la cosa va mejor, menos torpe pero sin encontrar la confianza. Y el día se hace de blanco y negro, se llena de grises...Donde todos flanquean con soltura yo voy con crampones y piolet. Mi diablillo me hace la zancadilla, por miedosa y torpe, se aburría ya en la oreja...caigo con las rodillas en las piedras, a ver si aprendo…
Pongo esquís de nuevo para subir al último collado, y allí el viento se lleva muchos de mis pensamientos. Hay que bajar un tramo con crampones, salvo los expertos que bajan con esquís (el experto, vaya). Ahí me muevo bien, el diablín se calla de una vez, pero en cuanto nos ponemos los esquís para seguir barranco abajo, reaparece el maldito, y no para de reírse en todo el rato. No puedo ni bajar, ni posición ni nada, ni la cuña me sale por esas palas heladas, que sólo me atrevo a derrapar. Siento tanta vergüenza por mi debilidad y torpeza que quiero desaparecer. El diablo se ha cansado de mi, al ver que no reacciono ya, y me ha dejado sola...

Una vez nos quitamos los esquís, y cogemos ya la senda con Sallent al fondo, respiro un poco aliviada, aunque el reloj martillea mi cogote, y no quiero más que llegar a tiempo a trabajar.

Lo siento amigos, siento el mal día.