16 de enero de 2012

..ya no vuelvo!

Se suceden las jornadas de travesía como el día de la marmota. Justo en el momento de pasar de las cuchillas a los crampones, suelto mi frasecita: “es que el horno no está para bollos, yo hasta que no nieve ya no vuelvo” Y se me llena la boca diciéndolo, como si me lo creyese. Pero la realidad es que el único momento incómodo del día son los dos minutos de foqueo por la ya mítica “nieve-cristal” o “hielo-cristal” (ése es un jardín donde no voy a entrar…) que se empeña en acompañarnos esta temporada…
Y si ese momento me incomoda tanto, por qué no pongo crampones antes? Pues me resulta difícil de saber. Cuando a mi me parece que hay que poner crampones, veo que todo el mundo avanza cómodamente con cuchillas. Así que voy a ello, como todos, pero no soy tan hábil. Si no me enfrento a estos momento “de tensión”, no podré mejorar la técnica…En fin, que sufro, me ralentizo, sudo, hasta que llega el momento de los crampones…

Las salidas, bien escogidas, y para los que nos gustan los crampones, son una gozada. Una vez me deshago de las tablas (lo de “deshacerse” es un decir, por que las llevamos a la espalda, no desaparecen) noto un bienestar, una sensación de seguridad…falsa quizás, pero placentera…y el tiempo es bueno, ni una nube, ni borrascas…sólo disfrutar del día, hasta que te toca ir a currar, claro…

Pero subiendo me doy cuenta de que lo que nos gusta es el monte, y da igual si no hay “paquetón”, si la nieve está así o asá…miro a mis compañeros (bueno, que son todos amigos, pero parece que lo de “compañero” queda más montañil) y veo que no queremos más. Estamos todos encantados de asomarnos a nuevos collados, de ayudar al que se le sale el crampón, de ponerse debajo del que tiene miedo, de animar al que destrepa, cediéndole un piolet para seguridad “extra”, e incluso de opinar y dar órdenes desde las alturas, a los pobres que hacen lo que pueden bajando…

Y en cuanto pones esquís para bajar toda esa nieve primavera (quién dice que no hay nieve?), me voy tragando letra por letra mi frasecita anterior, y se disfruta tanto, que no me imagino no saliendo a esquiar…pero qué bajada!!!!! Intento transmitirle a Champi mi entusiasmo por una inesperadamente buena bajada, que me veía con la cuña hasta el coche, y nada de eso. Sigo queriendo más!

Y quién no se lleva la sonrisa puesta tras un día como los que estamos teniendo?

2 de enero de 2012

SACAMOS LOS DONETES Y...

Empieza el año, y empiezan muchas cosas. Cambios, novedades. De repente, vivo en el Pirineo…ayssssss.
Es día 1 de enero y no hay mejor forma de empezar el año que yendo al monte! Y si encima hace un sol radiante y nos juntamos en buena compañía…pedir buena nieve sería ya “demasié”, como dice Do. Así que nos damos con un canto en los dientes y disfutamos del sol, y de la compañía.

Empezamos a foquear y veo que todos se van alejando: pero qué lenta voy! Y eso que soy la única del grupo que tiene que llegar a currar hoy…y de la nada aparece Luis. Anda, anda! Nadie le hemos visto hasta que ha estado a pocos metros de nosotros, pero qué tío…
Vamos a dar la vuelta al Peyreget, y sin saberlo, los escapados van a trazar la mejor ruta que hemos hecho muchos a este recurrente pico. Me quedo atrás, cómo no, y no me da tiempo ni de beber. Me noto torpe en las transiciones, lenta en el foqueo, insegura en la bajada por hielo…como si fuera la primera salida de la temporada, pero es que no lo es! Para colmo, atropello a Champi llegando descontrolada (y última) al grupo, que estaba tranquilamente haciendo la transición. ¿Pero a qué me dedico hoy?

Un poco frustrada voy siguiendo al grupo, y se me alejan los pensamientos cuando veo la original huella que están haciendo. Este Julio…vaya creatividad! La nieve dura siempre me crea tensión, aunque la cercanía de Jorge hace que lleguemos al collado sin problemas. A partir de ahí todo mejora, los crampones son un bálsamo (como siempre) y en la cima, la primera del año, el viento no consigue llevarse las sonrisas. Yo miro el reloj una vez, pero prefiero no preocuparme, de momento. Confío. Pero si a ése también lo conocemos! Si es Rafa! Esto es como si lleváramos Donetes, aparecen amigos por todas partes.

Nos damos cuenta, tras una gozada de pala transformada, que el tiempo pasa mientras disfrutamos del día. Nos queda un último collado, y como la que “tiene prisa” soy yo, decido no llegar la última, y me doy cuenta de que puedo foquear más rápido de lo habitual, y veo que mi cuerpo responde, me gusta la sensación, y la subida se hace corta. No nos da tiempo de hacer nuestro segundo pico, bueno, a algunos sí! El resto nos vamos pitando para abajo.

Y así, con la sonrisa de este magnífico día, me voy a trabajar, algo cansada pero más a gusto que un arbusto! Y llegando puntual!

Quiero más!!!

BUEN COMIENZO DE 2012!!!!