16 de diciembre de 2009

DÓNDE ESTÁS?


Me preguntaron por ella el otro día, y al darme cuenta de lo olvidada que la he tenido estas últimas semanas, sentí un poco de vergüenza por mi desidia y tenía dos opciones fáciles: a) echarle la culpa a otro y b) poner alguna excusa. La opción a era poco creíble, ya que, ¿quién tiene la culpa de perderla? Opté por la b: “no tengo tiempo” “tampoco he salido mucho” “no, pero ya me sentaré un rato con ella” Nada, nada, todo mentira. La realidad es que se ha perdido, y no soy capaz de encontrarla por ningún lado. Ni en las paredes de Morata, ni en el ya nevado Pirineo, ni en Zaragoza…dónde está? Cómo puede ser que no venga nunca a verme, que se haya olvidado de mi así como así, que me haya abandonado de esta forma (ya recurro a la opción a)
Pensé: “en cuanto venga la nieve, con los esquís, me la encuentro fijo” pero no había manera…
Y me siento frente al ordenador, y no sé cómo dirigirme a ella para que me haga caso. Me doy paseos, a ver si pensando un poco en ella, aparece…nada.
Me da miedo dejar de pensar en ella, porque igual se me olvida su cara, la sensación eufórica de tenerla cerca, los pasos sigilosos cuando entra en el cuarto y lo invade todo
Ya, cansada de darle vueltas al asunto, me decido a poner un cartel, y si pasa, lo verá, y si lo ve, volverá, y si vuelve…ay, si vuelve, vuelvo yo también.

SE BUSCA: INSPIRACIÓN.