1 DE ABRIL DE 2010. ERISTES SIN CIMA
La llegada al Pirineo siempre es algo especial, desde los 2 ó 3 años lo ha sido, y la pasión por estas montañas no mengua con los años, sino que se retroalimenta, son una droga como cualquier otra. Nos juntamos un buen grupo en Viadós la noche del 31 de marzo. No hacemos más que reírnos con las historias del sabio. Hace una noche de perros, pero confiamos en que la mañana salga decente y nos deje hacer. Y vaya si nos deja…sale un día espléndido, que permite a algunas sacar la mallas primaverales. Sol, nieve polvo y los Eristes como objetivo. Sólo uno de nosotros los ha subido, y les tenemos unas ganas... Subimos con ilusión y decisión, sin parar de hablar de los Alpes “tic, tac, tic, tac…” cada vez falta menos…Nos plantamos frente a la pala norte que lleva al dedo y los fuertes abren huella en nieve polvo, el bastón se hunde mucho, e ir primero supone un gran esfuerzo (imagino, que yo eso no lo practico…). De repente Champi, después de haber cosido más de la mitad de la pala, nos grita: “Todos quietos, se ha roto una placa!!!” Efectivamente, una raja cruzaba la pala, de lado a lado, y continuar sólo nos podía obligar a hacer uso del dichoso aparatito del que tanto se habla este año…Salimos de allí escopeteados, y acojonados, por qué no decirlo. Adiós a los Eristes, primera renuncia de las vacaciones…Pero para compensar tuvimos una bajada gloriosa, la mejor nieve del año, todos esquiábamos bien (bueno, que algunos esquían bien siempre, pero yo no, por ejemplo). Era disfrutar a tope, a mi se me congelaron los dientes de tanto sonreír, sin poder evitarlo. Con el primer plato de la cena ya la renuncia se quedó lejos, con el tercero ya sólo hablábamos del día siguiente…y tras los postres les vino el turno a las anécdotas, historias,…
La llegada al Pirineo siempre es algo especial, desde los 2 ó 3 años lo ha sido, y la pasión por estas montañas no mengua con los años, sino que se retroalimenta, son una droga como cualquier otra. Nos juntamos un buen grupo en Viadós la noche del 31 de marzo. No hacemos más que reírnos con las historias del sabio. Hace una noche de perros, pero confiamos en que la mañana salga decente y nos deje hacer. Y vaya si nos deja…sale un día espléndido, que permite a algunas sacar la mallas primaverales. Sol, nieve polvo y los Eristes como objetivo. Sólo uno de nosotros los ha subido, y les tenemos unas ganas... Subimos con ilusión y decisión, sin parar de hablar de los Alpes “tic, tac, tic, tac…” cada vez falta menos…Nos plantamos frente a la pala norte que lleva al dedo y los fuertes abren huella en nieve polvo, el bastón se hunde mucho, e ir primero supone un gran esfuerzo (imagino, que yo eso no lo practico…). De repente Champi, después de haber cosido más de la mitad de la pala, nos grita: “Todos quietos, se ha roto una placa!!!” Efectivamente, una raja cruzaba la pala, de lado a lado, y continuar sólo nos podía obligar a hacer uso del dichoso aparatito del que tanto se habla este año…Salimos de allí escopeteados, y acojonados, por qué no decirlo. Adiós a los Eristes, primera renuncia de las vacaciones…Pero para compensar tuvimos una bajada gloriosa, la mejor nieve del año, todos esquiábamos bien (bueno, que algunos esquían bien siempre, pero yo no, por ejemplo). Era disfrutar a tope, a mi se me congelaron los dientes de tanto sonreír, sin poder evitarlo. Con el primer plato de la cena ya la renuncia se quedó lejos, con el tercero ya sólo hablábamos del día siguiente…y tras los postres les vino el turno a las anécdotas, historias,…
2 DE ABRIL DE 2010. BACHIMALA SIN CIMA.
El viernes era el día bueno, el mejor de los cuatro, pero como dice alguno: “Los del tiempo dirán lo que quieran, pero luego el tiempo hace lo que le da la gana” Y ese día magnífico no acabó de llegar. Un ratito de porteo hasta la nieve nos hizo entrar en calor rápidamente, aunque luego el tiempo parecía jugar con nosotros, como míseras marionetas. Ahora nubes, ahora viento, ahora sol y calor, ahora viento otra vez…pero bueno! Que no hago más que ponerme y quitarme ropa! Y llegamos a la pala fina del Bachimala, pico al que no le tengo demasiada simpatía pese a haberlo subido 3 veces, siempre en verano. Una vez en el collado, los del grupo de cabeza volvían de la arista, sin cima. No lo vieron claro, y no llevábamos ni un cordino. Sin asegurar, y sin saber lo franca que podía estar la nieve, no nos atrevimos. Pero la vuelta por Tavernés, ese bosque magnífico, de giros imposibles y estilo al-pino, nos hizo sudar, reír, jugar entre los árboles, deslizar por una nieve facilona, lucir cuñas, tortazos, derrapajes infinitos, y mucha carcajada. Nueve horas de travesía que nos dejaron muy buen sabor de boca.
El viernes era el día bueno, el mejor de los cuatro, pero como dice alguno: “Los del tiempo dirán lo que quieran, pero luego el tiempo hace lo que le da la gana” Y ese día magnífico no acabó de llegar. Un ratito de porteo hasta la nieve nos hizo entrar en calor rápidamente, aunque luego el tiempo parecía jugar con nosotros, como míseras marionetas. Ahora nubes, ahora viento, ahora sol y calor, ahora viento otra vez…pero bueno! Que no hago más que ponerme y quitarme ropa! Y llegamos a la pala fina del Bachimala, pico al que no le tengo demasiada simpatía pese a haberlo subido 3 veces, siempre en verano. Una vez en el collado, los del grupo de cabeza volvían de la arista, sin cima. No lo vieron claro, y no llevábamos ni un cordino. Sin asegurar, y sin saber lo franca que podía estar la nieve, no nos atrevimos. Pero la vuelta por Tavernés, ese bosque magnífico, de giros imposibles y estilo al-pino, nos hizo sudar, reír, jugar entre los árboles, deslizar por una nieve facilona, lucir cuñas, tortazos, derrapajes infinitos, y mucha carcajada. Nueve horas de travesía que nos dejaron muy buen sabor de boca.
3 DE ABRIL DE 2010. POSETS SIN CIMA (PROPIA*)
(*)Qué mal suena lo de propia: lo cambio por “con cima compartida” Salimos del refugio un grupo de 8. Camino ya conocido, pequeño porteo, cruzar el puente, y poner esquís al llegar a la pista. Para arriba! Ya sabemos que a las 12 termina nuestro tiempo, que viene borrascazo. Al poco se retira uno, un poco más tarde otro, y de los 6 que quedamos, Jorge y Álex van muy fuertes y con decisión a la cima, y los cuatro de la retaguardia decidimos desistir tras haber salvado 1000 m de desnivel, con un tiempo de perros, donde hacer que nos esperen es robar la cima a todos. Nos decidimos rápido: que Álex y Jorge hagan cima del tirón, que no esperen por nosotros, que nos bajamos. Y así, nuestra renuncia, vale una cima heroica de ellos. Nuestra bajada todavía deja visibilidad, y la nieve se deja hacer con soltura. Nos perdemos bajando, subimos otra vez, volvemos a bajar, queremos esquiar más! Las dos mozas nos resistimos a quitarnos los esquís, y por listas nos metemos en otro camino. Ups! Vuelta otra vez, a buscar el puentecito. Con la jugada, despistamos a los otros dos, que siguen nuestros pasos pero no “reculan” a tiempo, y se desvían más de la cuenta…En el refugio de Viadós, la comida no defrauda a nadie, mientras esperamos a los dos intrépidos. Cuando llegan nos cuentan que la falta de visibilidad les ha hecho bajar muy lentos, sin ningún relieve. Descansan. Fuera nieva con ganas. Dentro sopa caliente, vino y flan casero. Tarde de lectura y charla.
(*)Qué mal suena lo de propia: lo cambio por “con cima compartida” Salimos del refugio un grupo de 8. Camino ya conocido, pequeño porteo, cruzar el puente, y poner esquís al llegar a la pista. Para arriba! Ya sabemos que a las 12 termina nuestro tiempo, que viene borrascazo. Al poco se retira uno, un poco más tarde otro, y de los 6 que quedamos, Jorge y Álex van muy fuertes y con decisión a la cima, y los cuatro de la retaguardia decidimos desistir tras haber salvado 1000 m de desnivel, con un tiempo de perros, donde hacer que nos esperen es robar la cima a todos. Nos decidimos rápido: que Álex y Jorge hagan cima del tirón, que no esperen por nosotros, que nos bajamos. Y así, nuestra renuncia, vale una cima heroica de ellos. Nuestra bajada todavía deja visibilidad, y la nieve se deja hacer con soltura. Nos perdemos bajando, subimos otra vez, volvemos a bajar, queremos esquiar más! Las dos mozas nos resistimos a quitarnos los esquís, y por listas nos metemos en otro camino. Ups! Vuelta otra vez, a buscar el puentecito. Con la jugada, despistamos a los otros dos, que siguen nuestros pasos pero no “reculan” a tiempo, y se desvían más de la cuenta…En el refugio de Viadós, la comida no defrauda a nadie, mientras esperamos a los dos intrépidos. Cuando llegan nos cuentan que la falta de visibilidad les ha hecho bajar muy lentos, sin ningún relieve. Descansan. Fuera nieva con ganas. Dentro sopa caliente, vino y flan casero. Tarde de lectura y charla.
4 DE ABRIL DE 2010. PUNTA SUELZA SIN CIMA (PROPIA*)
Hoy sí, hoy el tiempo va a ir a mejor, nos levantamos convencidos de que hoy toca cima, como colofón de estas pequeñas grandes vacaciones. Vamos a por la Suelza, a ver si nos deja. Dejamos atrás Viadós, y comenzamos la ascensión desde una pista poco transitada, y con bastante nieve. Por el precioso camino, el viento y la nieve que cae no nos dejan disfrutar del todo, aunque tampoco se va mal. Antes del collado hacemos una escueta parada para echar un bocado rápido y abrigarnos, pues el viento sopla con fuerza, y la cumbre está totalmente tapada. No hay prisa. En el collado no vemos la cima, pero vemos el primer tramo de loma que nos llevaría a ella. Nos desanimamos y proponemos múltiples opciones: bajar a Bielsa, para bajar a Bielsa bajamos a nuestro coche. Pues bajamos a ese valle y subimos a aquel collado. No no, que nosotros nos bajamos ya. Es que para arriba no hay nada que hacer, está todo tapado…Nada, que nos bajamos. De repente Jorge y Alfonso se asoman un poco más arriba para ver Monte Perdido, y el resto esperamos en el collado, quitando focas y preparando la bajada. Ya no esperamos más, la visibilidad no mejora y en el collado hace frío. Pero justo cuando vamos a empezar a bajar oímos a Jorge: Subiiiiiiid, que despeja, vamos a la Suelza!!!!! No sabemos si lo dice en serio, pero, cada uno por sus razones, decide no subir. Y cada uno, por sus razones, sabe que se va a arrepentir. Yo, en particular, me siento confundida, dudo, pero como sola no pienso subir, pues bajo. Y me arrepiento, pero sigo bajando, y me sigo arrepintiendo, pero sigo bajando…
Un día por prudencia, otro por falta de seguridad, otro por el tiempo y otro por…por impacientes, por indecisos, por… Y todos para madurar un poco más.
No ha habido cimas, para mí, pero entre todos hemos hecho dos, y todos hemos disfrutado, todos nos hemos reído. Lo mejor de estos días de Pirineo, la gente con la que los compartimos, la suerte de poder encontrar compañía tan agradable y entrañable con la que hacer lo que más nos gusta.
Dejar cuentas pendientes siempre es un acicate más para volver!!!!
“No te pongas triste ni tampoco me rechistes te aconsejo yo, que tires palante siempre alegre y elegante escucha esta canción” Esta “Primavera Trompetera” ha sido mi banda sonora de unos días tan poco primaverales pero tan alegres…
Hoy sí, hoy el tiempo va a ir a mejor, nos levantamos convencidos de que hoy toca cima, como colofón de estas pequeñas grandes vacaciones. Vamos a por la Suelza, a ver si nos deja. Dejamos atrás Viadós, y comenzamos la ascensión desde una pista poco transitada, y con bastante nieve. Por el precioso camino, el viento y la nieve que cae no nos dejan disfrutar del todo, aunque tampoco se va mal. Antes del collado hacemos una escueta parada para echar un bocado rápido y abrigarnos, pues el viento sopla con fuerza, y la cumbre está totalmente tapada. No hay prisa. En el collado no vemos la cima, pero vemos el primer tramo de loma que nos llevaría a ella. Nos desanimamos y proponemos múltiples opciones: bajar a Bielsa, para bajar a Bielsa bajamos a nuestro coche. Pues bajamos a ese valle y subimos a aquel collado. No no, que nosotros nos bajamos ya. Es que para arriba no hay nada que hacer, está todo tapado…Nada, que nos bajamos. De repente Jorge y Alfonso se asoman un poco más arriba para ver Monte Perdido, y el resto esperamos en el collado, quitando focas y preparando la bajada. Ya no esperamos más, la visibilidad no mejora y en el collado hace frío. Pero justo cuando vamos a empezar a bajar oímos a Jorge: Subiiiiiiid, que despeja, vamos a la Suelza!!!!! No sabemos si lo dice en serio, pero, cada uno por sus razones, decide no subir. Y cada uno, por sus razones, sabe que se va a arrepentir. Yo, en particular, me siento confundida, dudo, pero como sola no pienso subir, pues bajo. Y me arrepiento, pero sigo bajando, y me sigo arrepintiendo, pero sigo bajando…
Un día por prudencia, otro por falta de seguridad, otro por el tiempo y otro por…por impacientes, por indecisos, por… Y todos para madurar un poco más.
No ha habido cimas, para mí, pero entre todos hemos hecho dos, y todos hemos disfrutado, todos nos hemos reído. Lo mejor de estos días de Pirineo, la gente con la que los compartimos, la suerte de poder encontrar compañía tan agradable y entrañable con la que hacer lo que más nos gusta.
Dejar cuentas pendientes siempre es un acicate más para volver!!!!
“No te pongas triste ni tampoco me rechistes te aconsejo yo, que tires palante siempre alegre y elegante escucha esta canción” Esta “Primavera Trompetera” ha sido mi banda sonora de unos días tan poco primaverales pero tan alegres…
Me la sabía, pero me ha gustado mucho leerla. Mor
ResponderEliminar¡Dientes congelados de tanto sonreir!!!!!
ResponderEliminar...
:)
y esas frasecitas que tenías???
ResponderEliminarmmmm...
De vuelta al valle,mi memoria evoca las personas conocidas y re-conocidas,las fastuosas cenas,los descensos al-pinos,las transiciones,los collados,las risas.las chicas,los chicos,lo que he oido,lo que he aprendido.¿Cimas?.¿Habia alguna?.Nada comparable a lo vivido y leido,en este delicioso relato corto. Champi
ResponderEliminarComo bien dices, han sido 4 días rodeados de amigos y gente a la que quieres y te quieren, en un ambiente de nieve, pinos, viento, sol y naturaleza que nos ha hecho evadirnos por completo del reto del mundo.
ResponderEliminarMe ha encantado que estuvieras allí y que disfrutaras tanto como yo. Lo de madurar, es algo que no se deja de hacer en toda la vida. Las cimas, irán llegando unos días y otros no. Si siempre llegaran, no habría incertidumbre y no habría aventura. Llegarán unos días sí y otros no. Pero no faltarán los sueños y las ganas de juntarnos de nuevo a salir a recorrer los Pirineos, siempre tan bellos.
Muax!
Jorge