2 de enero de 2010

BACÍAS AL SOL

Empieza el año, y pese a haberme comido sólo cuatro de las 12 uvas, pido deseos de lo más variado, y muchos, porque alguno caerá. De hecho, debo tener alguno pendiente del año pasado…se guardan los deseos de un año para otro? La respuesta es muy obvia: pues claro! No deseamos durante años? No se cumplen sueños alimentados durante décadas?
Bien pues, para alimentar el deseo un día más, empieza el año con nieves y mal tiempo, pero el dos de enero, una tregua, una ventanita de sol en medio de un montón de nubes. Y allá que vamos, nos la jugamos. Vamos quince, dispuestos a encontrar un día horrible, muy gris y frío, muy invernal y poco luminoso. Pero tenemos algún tipo de enchufe con la meteo, y el sol se espera justo hasta que llegamos…qué suerte la nuestra.
Algunos de nosotros vamos de estreno: tablas, fijaciones, a ver, a ver, probamos sensaciones, aligeramos…
El bosque mágico presenta un aspecto de lo más navideño: todos los pinos nevados, 20 centímetros de nieve en cada rama. Los escaramujos destacan con su rojo brillante, y las semillas de los arces parecen querer decorar colgando sobre las ramas defoliadas.
Hay un buen manto de nieve polvo, que hace del que va el primero, un héroe, del que todos los demás nos beneficiamos, al que todos seguimos encantados. Yo no sé si es la fijación ligera (qué peso me he quitado de encima!), las vacaciones, el sol, la nieve, la gente que me rodea, o el conjunto de todo, pero no puedo sentirme mejor. El Garmo Negro, enfrente, abruma, de lo bonito que está. En mitad del bosque, en una pequeña bajada, freno en seco y me caigo hacia delante. De repente vuelvo a la niñez, a mis clases de gimnasia rítmica, y hago alarde de elasticidad, que no de habilidad. Me quedo con un brazo por debajo del esquí del valle, y todo mi peso hacia abajo, de forma que no me puedo incorporar, pero es que no me puedo casi mover: pero qué he hecho? De repente me acuerdo de que hoy no voy la última, menos mal! Alguien me verá hecha un higo y me ayudará. Y ahí esta el omnipresente Fer, que consigue deshacer el ovillo que es mi cuerpo, y vuelvo otra vez a adoptar forma de persona que esquía. Seguimos. Aunque no veo ni torta, llevo nieve por todas partes…
A medida que subimos, sin prisa pero sin pausa, hace más frío. Sólo paramos un momentín a reponer fuerzas, pero parados no podemos estar mucho rato. En la cima del Bacías pasamos el tiempo justo para quitar focas y ser conscientes de esta maravilla de manto que ya lo cubre todo, que ya nos ha atrapado otra vez entre sus redes, como la araña a los insectos. Ya de bajada el termómetro marca cinco grados negativos, y nuestras manos dan fe de esa temperatura.
La bajada es un verdadero placer para los que dominan el arte del descenso. Yo hago lo que puedo, pero me encanta ver a todos bajando, cada uno con su particular estilo, tan diferentes todos, todos tan nuestros, cada uno tan suyo…tenemos un punto en común: todos nos lo pasamos pipa! Tras los pinos, veía a Lucy girar, a Edesio disfrutar esquiando junto a Donato, a Diego Teixeira con su equipo extra ligero, y a todos los que no han venido, y sin embargo han estado.
Como siempre, el silencio seco de un bosque nevado, representa el escenario perfecto para otro de nuestros cuentos, lástima que el “fin” caiga plomizo sobre nosotros, al aparecer frente a los edificios del Balneario de Panticosa.
No me había quitado todavía los esquís y ya estaba deseando volver. Qué tiene el Pirineo?!
Que disfruten ustedes de este 2010 que acaba de llegar!

6 comentarios:

  1. Pensaba que era el que menos uvas se comía..al parecer estaba equivocado.
    Espero que se cumplan tus deseos y los mios claro jeje
    Feliz 2010!!

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  2. Muchas gracias por vuestros comentarios. Pero si me lee alguien!!!!!! El que enamora es el Pirineo...sin duda.
    Blanca

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  3. Conozco tus ovillos de nieve, brazos y piernas,pero así descrito me emociona ¿Será porque alguien dijo que los ingenieros de Montes son de letras?
    Mor

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  4. Cómo habla tu silencio!
    Qué bien contrastan tus letras sobre el fondo limpio!
    Qué bonito es tenerte cerca cuando subimos. Aunque no te dejes ayudar mucho.
    GUAPA!

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