3 de noviembre de 2010

TXAPELA BURUAN, IBILI TXINDOKIN


Todos tenemos sueños de montones de tamaños. Algo que podría parecer un sueño discreto y muy accesible, se convierte año tras año, en algo gigante, uno de los Annapurnas de los que nos hablaba Iñaki Ochoa.
Por allá por el no tan cercano año 2003, me decía Asier Izaguirre que habíamos estado cogiendo setas por las faldas del Txindoki (y yo sin saberlo)!, que a él le encantaba ir a la cresta en un “titá” y bajar medio corriendo, así como quien va a por el pan y vuelve. Yo había empezado a escalar entonces, y lo de hacer vías de aventura me sonaba a extraterrestre casi. Ahora escalo peor que entonces, pero he pisado más monte, y tengo a mi alrededor un elenco de excelentes montañeros, que me dejan soñar en voz alta, y me acompañan.
Así nació el Txindoki como un sueño guardadito en un cajón. Luego pasaron muchas cosas, y algunos años, y me vine a Zaragoza. Caí en el club de montaña, allí en la sección de escalada, y bajo los Mallos de Riglos volvió el Txindoki a escena...”Hay una salida del club a la arista del Txindoki, te suena?” Queeeeeeeé?!!! Yo quiero ir! Pero en aquella ocasión tampoco pude. Ese año no se dejó el Txindoki, hizo un tiempo malísimo...
Al año siguiente volvía aparecer como salida del club, pero las previsiones meteorológicas fueron tan malas que se canceló. Yo insistí hace ya muchos meses, pero mi propuesta no tuvo éxito. Ahí quedó la cosa, otra vez el sueño a su cajón.
Este año ya lo veía como algo cercano, tangible, y mandé el correo a todos: “TXAPELA BURUAN TA IBILI TXINDOKIN” Por fin la gente se iba apuntando, por fin intentábamos la crestecita. Pero las previsiones no eran del todo buenas...otra vez.
El sábado, tras desayunar en Tolosa (cuantísimos recuerdos...) pasamos Amezketa y aparcamos. El paseo hasta la base se hace agradable aunque cuesta avanzar por la hierba alta, pero a medida que nos aproximamos a la cresta nos damos cuenta de que ese viento nos va cortar las alas (aunque pudiéramos salir volando sin ellas...) Resignados, nos volvemos al coche. Nos despedimos sabiendo que íbamos a volver, sólo que no imaginábamos que sería en 24 horas.
El domingo, desde el camping Igeldo, el día es más que aceptable, y nosotros, que tenemos más moral que el alcoyano, volvemos a intentar el Txindoki. En el inicio del tercer largo nos pilla una tromba de agua que vamos, dejará tan frescos a los de Bilbao, pero nosotros nos quedamos pajaritos. Aún así, en cuanto para, Miguel Ángel sale ligero a por el tercer largo, pero ante la amenaza de un nuevo chaparrón, le hacemos volver sobre la roca mojada. Retirada y despedida, ahora sí, hasta el año que viene. Laister arte Txindoki!
El lunes, un Riglos soleado y templado tenía acento vasco, y todos entendíamos por qué...
Esta es la historieta del Txindoki, la de nuestro puente es otra, repleta de risas, infusiones y cariño. Txindoki lagunekin (Txindoki con amigos).

3 comentarios:

  1. Chuti, bonito relato.
    Mor

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  2. Querida Blanquita,
    mientras sigas teniendo sueños, ahí iremos a intentar conseguirlos, disfrutando de ti. Esta vez no se ha dejado. El sueño aún sigue ahí, esperando una futura ocasión. Volveremos.
    Muax!
    Jorge

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  3. Kaixo, de una seguidora desde Bilbao.
    Precioso relato nuevamente.
    Ha sido una sorpresa muy agradable la visita que habeis realizado este finde a nuestras tierra. Bonito sitio habeis elegido, pero aún hay más...
    Un saludo para todo tu grupo de amigos montañeros con el que seguramente cualquier dia nos cruzaremos por estas montañas que tanto nos gustan.
    Silvia

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